División territorial 1990-1999 (1ª parte)
El alzamiento armado zapatista en 1994 y los años posteriores destruyeron lo último que había quedado de ilusiones de una permanencia de los logros sociales alcanzados por la Revolución Mexicana, revelando al mundo la enorme precariedad de las condiciones de vida de amplios sectores de campesinos y campesinas indígenas en el país y las poco alentadoras perspectivas del régimen revolucionario mexicano después de ocho décadas en el poder.
Fue este levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), simultáneo al ingreso de México al NAFTA el 1° de enero de 1994, lo que dio pauta al por lo pronto último episodio en la historia de la división territorial del Estado.
1994 – 2022
El levantamiento del EZLN el 1° de enero de 1994, sumado a una prolongada militarización de amplias zonas del Estado y frecuentes conflictos sociales, provocó una frenética actividad por parte de instancias federales y estatales para contrarrestar con programas de apoyo y de desarrollo el respaldo de los pueblos indígenas a las demandas del Ejército Zapatista. Durante las negociaciones en el pueblo de San Andrés Sacamchén, que siguieron a la fase de enfrentamientos armados, el tema de una remunicipalización del territorio fue presentada por parte del gobierno como mecanismo para contribuir a la distensión y reconciliación en el Estado. Incluso el gobernador interino, López Moreno, dando seguimiento a una propuesta del comisionado para la Paz y Reconciliación en Chiapas, Manuel Camacho Solís, planteó en 1994 la creación de tres municipios ubicados en la región selvática, proyecto que no prosperó. Entre noviembre y diciembre del mismo año las partes pro-zapatistas tomaron la iniciativa. En noviembre el CEOIC proclamó la creación de cinco regiones autónomas pluriétnicas que abarcaban amplias zonas del Estado incluyendo ciudades como Comitán y San Cristóbal, y poco después el EZLN, con el interés de crear espacios autónomos y solidarios, anunció la instalación de 32 municipios en rebeldía. Para 1996 el reconocimiento constitucional de la autonomía y de la libre determinación de los pueblos indígenas se había transformado en su demanda central. Sin haber sido tema privilegiado en las semanas y meses que siguieron al levantamiento, como tampoco al inicio de las mesas de diálogo, al final la cuestión de una revisión de la división territorial y de la creación de nuevas estructuras territoriales se transformó en una propuesta discutida, aunque desde posiciones totalmente antagónicas. Mientras los negociadores gubernamentales promovieron la reorganización territorial con la noción de perpetuar el esquema organizativo de los municipios existentes con un ayuntamiento elegido de forma directa por un voto secreto y con ciertas libertades en el manejo financiero e independencia en la administración de cuestiones de seguridad, salud, infraestructura, abasto etc., los zapatistas buscaron el establecimiento de entidades autónomas con la asamblea general como órgano máximo de su autogobierno y cuyos representantes -bajo el constante escrutinio de la asamblea- no solo tuvieran autonomía en los asuntos internos conforme a uso y costumbres, sino a la vez sobre la disposición de los recursos naturales de su jurisdicción. Mientras el gobierno defendía que los nuevos municipios oficiales deberían nacer por decreto del Congreso, quien les asignaría su nuevo estatus y territorialidad, la visión de los zapatistas partía de la voluntad compartida de las comunidades unidas por lazos históricos, culturales y geográficos, como factor decisivo para la formación de un nuevo municipio, desconociendo así el principio básico oficial para la división territorial y sobreponiendo otro.
Al final esta posición encontrada llevó al EZLN, junto con otros grupos de simpatizantes, a rechazar rotundamente la propuesta del gobierno Albores presentada en 1998 de crear 33 nuevos municipios, por considerarla como parte de una estrategia contrainsurgente encaminada a debilitar su movimiento. Varias de las nuevas cabeceras propuestas por el gobierno coincidían -especialmente en la región selva- con las de los municipios zapatistas en rebeldía establecidos con anterioridad, lo que llevó igualmente a la sociedad civil y a la oposición política en el Congreso del Estado a denunciar la propuesta como decisión vertical y no consultada. El gobierno a su vez denunció la creación de los 32 municipios en rebeldía como violación a la constitución estatal, considerando al Congreso del Estado como la única instancia legítima para la promoción y creación de nuevos municipios. En medio de un nuevo aumento de tensiones y con apoyo del ejército y de la fuerza pública, el gobierno mandó desmantelar a varias de las sedes de municipios autónomos, dejando en claro -como dicen Leyva/Burguete- que su planteada creación de nuevos municipios no iba ser “un instrumento de paz, sino un verdadero instrumento de guerra”.
La propuesta del gobierno tampoco encontró la esperada aceptación en el Congreso. En julio de 1999 los diputados solo autorizaron la creación de siete municipios, entre los que contaban tres municipios que ni siquiera habían estado en la lista propuesta por el gobernador, dejando a otros once para una posible segunda fase de la remunicipalización a futuro, algo que nunca sucedió.
Mientras que la formación de los 33 nuevos municipios como parte del programa contrainsurgente del gobierno fracasó por no ser más que un “simple programa de reordenación político territorial”, sin perspectiva alguna para satisfacer las demandas del EZLN, varios de los municipios autónomos, como entes de la resistencia organizada, perduran hasta la actualidad.
Independientemente del rechazo que sufrió la propuesta gubernamental por parte del EZLN, la perspectiva de crear nuevos municipios tuvo un efecto secundario inesperado. Publicada en los medios, provocó una avalancha de solicitudes de localidades que aspiraban ser liberadas de sus respectivas cabeceras y poder salir del abandono, para iniciar su vida comunal bajo sus propias autoridades como municipios libres. Entre 1998 y 1999 por lo menos 41 localidades, no incluidas en la lista del gobierno levantaron su voz reclamando igualmente su elevación a categoría de municipio libre; entre ellas 10 que habían sido municipio libre hasta 1921 y otras dos que ya presentaban una larga serie de intentos de ser declarados municipio libre, entregaron sus solicitudes al Congreso. Esta reacción inesperada muestra cómo el lanzamiento del plan del gobierno destapó una sentida necesidad de muchas comunidades, que había sido ocultada durante varias décadas por las acciones y la retórica de la Revolución Mexicana, de seguir buscando espacios propios y separados de las cabeceras establecidas, donde poder construir por sí mismos su futuro. La división territorial que no había sido tema en décadas, ahora renació con nueva fuerza apuntando a una amplia reestructuración territorial del Estado.
Entre los entonces 74 posibles municipios nuevos mencionados, varios -pero no todos- de ellos estaban en sobreposición con las regiones autónomas pluriétnicas y de municipios rebeldes, promovidas y realizadas estas por el CEOIC y el EZLN. Después de siete décadas y con solo menores cambios definitivos en la división territorial del Estado, la coyuntura conflictiva entre 1994 y 2000 había reanimado un anhelo de autogobierno entre muchas localidades, también en el resto del estado, más allá de la zona de conflicto.
Esta sorprendente coyuntura de reestructuración territorial del Estado, ponía en interacción estrategias y procesos múltiples; como fueron: a) las reivindicaciones históricas de antiguos pueblos, b) los anhelos de autogobierno de localidades que durante largo tiempo habían sufrido el rezago causado por el olvido de sus cabeceras municipales, c) la poco sutil estrategia contrainsurgente de los gobiernos federal y estatal que pretendían manipular y aprovechar los deseos de autogobierno de los pueblos a su favor, y d) la puesta en práctica de los municipios en rebeldía. Sin embargo, lo que pudo haber sido una posibilidad de contribuir a la paz social con una división territorial más justa y que mejorara el nivel de vida, terminó siendo desaprovechada y con resultados poco alentadores.
En resumen, la oleada de propuestas de creación de nuevos municipios sufrió un fuerte revés considerando que, de las 74 propuestas entre gobierno y pueblos interesados, solo se formaron siete. Cuatro de ellos como resultado del interés gubernamental y parte de una estrategia contrainsurgente, mientras los otros tres son producto de un hábil aprovechamiento de sus gestores, del momento crítico argumentando su lucha histórica y persistente abandono. El motivo político resalta claramente al ver que ninguno de los nuevos municipios estaba realmente en posibilidades de constituirse en una entidad autónoma, los ingresos que recibieron se canalizaron básicamente para intentar paliar el rezago histórico y fueron fondos acotados y etiquetados, dependientes de operadores políticos con intereses partidarios o ligados a decisiones gubernamentales autoritarias.
Los nuevos municipios autorizados por el Congreso son los siguientes: cuatro de la lista original presentado por Albores:
Marqués de Comillas (1999)
Segregado su territorio de 932.6 km2 del municipio de Ocosingo, se ubica en el extremo sur-este de la Selva Lacandona y en colindancia con la vecina República de Guatemala (Sur) Benemérito de Las América (Este) y Ocosingo (norte y oeste) donde confina con la zona de conflicto zapatista sin formar parte de esta última. Su población original de 8 693 habitantes (1998) se constituyó por movimientos migratorios en los años 70 y 80 del siglo XX, provenientes de otras partes de Chiapas y estados como Michoacán, Hidalgo, Veracruz, Tabasco y Oaxaca, y creció entre 2010 y 2020 por un 30.8 % a 12 892 habitantes. Al igual que hace 24 años el municipio muestra una tasa de marginación “alta”, dedicándose la población mayoritariamente al sector primario (ganadería extensiva y subsistencia) en los 28 ejidos que lo conforman.
Maravilla Tenejapa (1999)
Conforme al decreto de formación su territorio de 411.3 km2 fue segregado del municipio de Las Margaritas. Colinda sobre su lado norte y este con Ocosingo, norte y oeste con Las Margaritas y al sur con la línea divisoria con Guatemala. Ubicado en zona originalmente de selva alta, con altura de entre 200 a 100m de altura, dedica gran parte de su territorio a la subsistencia, formando el resto (37.1%) parte de áreas naturales protegidas. El 37% de su población se constituye por integrantes de las etnias Tsotsil, Tseltal, Chol, Q’anjobal, Tojolabal y Mam, mostrando su historia como región de colonización. Aun después de 24 años de haber sido formado, la tasa de marginación del municipio sigue como “muy alta”, lo que obliga a parte de la población a migrar por cuestiones laborales a Estados Unidos y Canadá. No obstante, el municipio registró un crecimiento poblacional del 28.5% en los 10 años entre 2010 y 2020.
Aldama (1999) [Magdalena]
Pueblo colonial indígena tsotsil que en 1921 había sido degradado a delegación y después agencia de San Pedro Chenalhó. Durante su existencia como agencia mantuvo funcionando su “kawildo indígena” hasta los años 70 del siglo XX. Más de dos décadas antes de ser nuevamente elevado a categoría de municipio libre en 1999, Aldama había pedido su restitución ya en 1974 al gobernador Velasco Suárez y en 1984 a la Subsecretaría de Asuntos Indígenas (SUBSAI) sin obtener respuesta favorable. Con una población de 3 635 habitantes (2000) y un territorio de apenas 26.8 km2, Aldama renace como uno de los municipios rurales con mayor densidad poblacional alcanzando en 2020, ahora con una población de 8 480 habitantes, los 316.5 por kilómetro cuadrado. Dedicada la población al cultivo de café y la subsistencia, no ha podido salir durante los últimos 24 años de su alto rezago social.
San Andrés Duraznal (1999)
Junto con Aldama, el municipio indígena de San Andrés Duraznal formó parte de la propuesta original del gobierno de Albores para la constitución de nuevos municipios en 1998. Ubicado en las faldas occidentales de la región de Los Altos de Chiapas, colinda con Simojovel, Jitotol y Pueblo Nuevo Solistahuacán. Su reducido territorio de apenas 29 km2 que alberga once pequeñas localidades (cinco ejidos y 6 asentamientos), fue originalmente colonizado por migrantes procedentes del municipio de San Andrés y todavía hoy el 80% de la población habla tsotsil. Para formar el territorio fueron afectados los municipios de Simojovel y Pueblo Nuevo Solistahuacán, con el ejido de San Andrés Duraznal como nueva cabecera. La población aumentó en los años de 2000 a 2020 de 3 423 a 6 047 habitantes, lo que significa una densidad poblacional por kilómetro cuadrado de 158 habitantes. San Andrés Duraznal es el único municipio entre los siete formados en 1999 que -según los datos de INEGI- logró reducir su tasa de marginación de “muy alta” a “alta”.
Benemérito de las Américas (1998)
Segregado del municipio de Ocosingo, se ubica en el extremo sur-este de la Selva Lacandona en colindancia sobre sus lados Sur y Este con la vecina República de Guatemala, al norte con Ocosingo y Oeste con Marqués de Comillas. Sus 979.2 km2 son constituidos por tierras bajas de entre 100 y 300 metros de altura, albergando la mayor concentración poblacional en la antigua Selva Lacandona con 14.581 habitantes (1998) y 23.603 en 2020, repartida en ocho localidades. Su población se constituyó por movimientos migratorios en la segunda mitad del siglo XX, provenientes de otras partes de Chiapas (Ch’ol, Tsotsil) y estados como Michoacán, Hidalgo, Veracruz, Tabasco, Oaxaca y se dedica a la ganadería y subsistencia. Desde 2015 el territorio ha sido cada vez más ocupado por el cultivo de palma de aceite, sin embargo, la tasa de marginación sigue como hace 24 años en “alta”.
Santiago el Pinar (1999)
Pueblo indígena colonial ubicado en Los Altos entre San Andrés Sacamchén y Chenalhó, había sido degradado en 1921 por el gobierno de Tiburcio Fernández Ruiz a delegación y después agencia de San Andrés. No obstante, durante las siguientes décadas había mantenido su “kawilto indígena”, manteniendo viva la experiencia de haber sido municipio libre., e intentado en varias ocasiones de recuperar su independencia. Ya desde 1973 Santiago El Pinar había solicitado al entonces PRODESCH, su restitución como municipio libre. Sin embargo, ni esta, ni sus dos posteriores peticiones habían encontrado repuesta; una fue hecha en 1978 directamente al presidente López Portillo y la otra en 1990 al gobernador Patrocinio González. En 1998 Santiago se unió a otros más de 40 pueblos solicitando su elevación de categoría, lo que fue autorizado por el Congreso en 1999. Su minúsculo territorio de apenas 17.7 km2 fue segregado de San Andrés y regresado a los entonces 2 174 habitantes. Actualmente el municipio tiene una de las más altas densidades poblacionales con más de 300 habitantes por km2.y con la tasa de marginación en la categoría de “muy alta”.
Montecristo de Guerrero (1999)
Pueblo fundado en la segunda mitad del siglo XIX por inmigrantes guatemaltecos en los límites sur-este del Valle Central. En 1912 fue segregado del municipio de La Concordia y elevado a municipio libre, solo para ser degradado a delegación de la anterior cabecera en 1921. Vuelto a su categoría en 1925, solo duró ocho años antes de ser declarado parte del nuevo municipio de Ángel Albino Corzo, junto con el pueblo de Jaltenango. 66 años después el Congreso le devolvió su estatus de municipio libre. Actualmente el municipio cuenta con 198 km cuadrados y con una población que no alcanza los 9 mil, de los cuales, según el gobierno Federal, en 2021 el 96.7 % vivía en condiciones de pobreza y de vulnerabilidad, siendo el principal ramo de actividad económica el cultivo de café.
División territorial 1990-2022 (2° parte)
Mientras que en 1998 la iniciativa del gobernador Albores de formar 33 nuevos municipios para contrarrestar el movimiento zapatista, había encontrado amplia resistencia en los propios círculos políticos y en la sociedad civil, en 2011 la situación había cambiado. Juan Sabines, antes integrante del PRI, había ganado las elecciones para 2006-2012 como candidato de la coalición “Bien para todos” conformada por los partidos PRD, PT y Convergencia. Bajo su gobierno, el Congreso del Estado elevó el 23 de julio de 2009 los Objetivos de Desarrollo del Milenio (PNUD) a rango constitucional. Los objetivos de este programa de la ONU se enfocaron en la erradicación de la pobreza, acceso a la educación, igualdad de género, salud, conservación del medio ambiente y la garantía de un salario mínimo. Argumentando que en buena parte del Estado los rezagos sociales en estos rubros se debían a la lejanía de las comunidades de sus cabeceras, el cumplimiento de los objetivos fue utilizado para justificar en 2011 la formación de por lo menos cuatro nuevos municipios. Como paso previo reformaron en septiembre de 2011 la Ley Orgánica Municipal del Estado de Chiapas insertando los Objetivos del Milenio que poco después aparecieron entre los considerandos del decreto de formación de los nuevos municipios; los cuales fueron: Emiliano Zapata, con tierras de los municipios de Acala, Chiapa de Corzo y Venustiano Carranza; El Parral, con tierras de Villa Corzo y Villaflores; Raudales Malpaso, con tierras de Ocozocuautla, Ostuacán y Tecpatán; y Belisario Domínguez, con tierras de Cintalapa (y de Santa María y San Miguel Chimalapa en Oaxaca). El hecho de que sus decretados territorios se componían de partes de varios municipios subraya su marginalidad geográfica con respecto a sus respectivas cabeceras municipales, lo que según el decreto había llevado a “desigualdades sociales y la pobreza extrema”, causadas “por una serie de factores socioeconómicos, sociales, culturales, sin olvidar por supuesto el singular relieve y geografía de nuestro territorio” que había llevado a que estas comunidades hubieran “tenido un acceso restringido a los servicios públicos, disminuyendo con ello las oportunidades de estas poblaciones de tener una vida digna y saludable”. Con su segregación y elevación, se pretendía que estas comunidades se convirtieran en nuevos municipios conformados por “comunidades con usos, costumbres y valores culturales afines entre sí, lo que fomentará una correcta integración comunitaria” lo que les “permitirá situarse a la par del progreso de los municipios constitucionalmente ya establecidos.” Como argumentan los diputados, por lo menos dos de las cuatro comunidades propuestas (El Parral y Raudales), ya tenían antecedentes al haber formado parte de los municipios que en 1998 habían solicitado sin éxito su municipalización al gobierno de Roberto Albores. En cambio, el Ejido 20 de Noviembre (Emiliano Zapata) y Belisario Domínguez representaban totalmente nuevas propuestas.
La propuesta fue aceptada por el Congreso por unanimidad y apoyada por la mayoría de los ayuntamientos del Estado, cumpliendo así con los requisitos Constitucionales.
La novedad del decreto consiste en la calidad de los datos geográficos levantados. A partir de 2011, los expedientes de creación de nuevos municipios contienen las coordenadas geográficas debidamente georreferenciadas del polígono territorial de cada uno, más los datos de todos los asentamientos que de allí en adelante corresponderán a esta nueva entidad y su ubicación georreferenciada, logrando con ello una posición precisa en la cartografía actual.
Lo que llama la atención es el Art. 13° de la mencionada ley, el cual reza que “los municipios tendrán el territorio comprendido dentro de los límites que hasta hoy se les han reconocido”. Esta formulación que insinúa la existencia de conocimientos precisos y validados por actas administrativas y decretos legislativos con respecto a las extensiones de todos los municipios, reconocidos por todas las partes interesadas, ha sido y sigue siendo una quimera. Solo los mencionados nuevos municipios cuentan en sus expedientes de formación con estos datos, los otros más cien municipios preexistentes carecen de estos datos, lo que permite vislumbrar un enorme potencial conflictivo. Sin embargo, la existencia del conjunto de datos geográficos georreferenciados y de actas de acuerdo de los municipios afectados, tampoco garantizan una futura seguridad de paz entre nuevos y viejos municipios, tal como lo podemos percibir en el caso de la (re)creación del municipio de Santiago El Pinar. Para poder cumplir el legislativo con el requisito constitucional de contar con acta aprobatoria del ayuntamiento cuyo territorio quedaría afectado por la segregación del nuevo municipio, se presionó y amenazó al ayuntamiento de San Andrés Larráinzar para que firmara un acta preformulada por los legisladores; firma a la que se había negado ya varias veces.
La misma Ley Orgánica Municipal permite a la vez reconocer los límites de la autonomía de los ayuntamientos con respecto al control y la defensa de su territorialidad. Para formular, validar y decretar esta ley que reglamente aspectos importantes de la vida municipal, el Congreso del Estado no requiere ni la participación ni la aprobación de parte de estas entidades, sino que cuenta con soberanía para legislar. Así que sigue siendo el Congreso del Estado el responsable de modificar la composición municipal, puesto que “mediante el voto de las dos terceras partes de sus integrantes, tendrá la facultad de modificar su extensión territorial y la de suprimir los municipios existentes y crear otro en su lugar, cuando así sea conveniente al interés público y su cumplan las formalidades que establece la Constitución Política del Estado.” Igualmente, “las diferencias sobre límites territoriales, que se susciten entre dos o más municipios, serán resueltos por el Congreso del Estado […] Cuando sea de carácter contencioso, el conflicto será resuelto por el Tribunal Superior de Justicia del Estado.”
Aquí no solo se subraya la continua competencia del Congreso, sino que la legislación introduce como nuevo actor en la cuestión de conflictos de límites territoriales al Tribunal Superior de Justicia del Estado. Lo mismo pasó a nivel nacional con respecto a conflictos sobre límites interestatales, como ha sido el caso de las contiendas entre los ayuntamientos de Cintalapa (Chiapas) y Santa María y San Miguel Chimalapa (Oaxaca) en cuyo caso, el conflicto sobre límites municipales era a la vez un conflicto sobre límites estatales entre estas dos entidades federativas. La creación en 2011 del municipio nuevo de Belisario Domínguez en territorio reclamado a la vez por Cintalapa como por los dos municipios oaxaqueños, llevó a que organizaciones civiles de los Chimalapas presentara, en diciembre de 2012 una Controversia Constitucional que después de muchos reveses fue finalmente sentenciada en noviembre de 2021 por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) a favor de Oaxaca, obligando a Chiapas a disolver el municipio de Belisario Domínguez y reestablecer el estatus quo anterior.
Al presentar la propuesta, conscientes de la disputa entre ambos estados, los diputados chiapanecos habían aprovechado el mecanismo de la creación de nuevos municipios para crear hechos y defender -según ellos- la soberanía del Estado frente a los campesinos oaxaqueños procedentes de Santa María y San Miguel Chimalapa.
La posición de los diputados era que existía un trabajo técnico bien hecho y que no se trata de un capricho del Ejecutivo, se trata de una iniciativa donde se tomaron en cuenta todas las partes que deben de estar involucradas con bases en los requisitos que se deben de llenar y se le pidió tanto su opinión, a las comunidades involucradas como a los ayuntamientos afectados, […] hay un pleno consenso de los habitantes de las comunidades que se proponen como nuevos municipios con los ayuntamientos de los cuales se van a rescindir. En primer término, la creación del municipio Belisario Domínguez conformado por las comunidades Gustavo Díaz Ordaz, la Ondanada, San Marcos Montebello, Flor de Chiapas y la que será su cabecera Rodulfo Figueroa, esta iniciativa permítanme que pueda ampliar un poquito respecto de ello, quienes hemos manejado el tema agrario durante muchos años, sabemos todo mundo que el tema agrario es fácil, pero pocos lo resuelven eh, pocos lo resuelven; y en el tema agrario lo que debe estar principalmente además de cumplir con la ley es la voluntad de un gobierno, la voluntad de querer hacer las cosas porque aquí no es solamente la petición para un municipio, ustedes son testigos, ustedes son testigos como hace pocos días la prensa lo decía, secuestraron a un compañero nuestro, no dejan pasar a nuestros compañeros a sus comunidades, hay problemas de ingobernabilidad, porque tenemos problemas con otros que no les importa Chiapas, que no es su estado, y nosotros los chiapanecos tenemos que defender nuestra tierra, tenemos que defender nuestro estado y una de las maneras en la que demuestran las gentes y los campesinos y los que viven ahí, como se protege la soberanía es a través de la constitución de ejidos de comunidades o de municipios, por eso la Comisión de Gobernación considera que esta iniciativa es muy provechosa.
Es decir, en vez de lograr acuerdos entre ambos estados, el gobierno chiapaneco intentó imponer su posición, desconociendo por completo los reclamos oaxaqueños, y en vez de cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio que pretextaron, aprovecharon estos para seguir un pleito territorial con el estado vecino, sirviendo a intereses materiales de grupos madereros y ganaderos chiapanecos.
El fallo final de la SCJN en noviembre de 2021 fue publicado en extenso en el Diario Oficial, del 25/03/2022, páginas 157 - 313, Poder Judicial, Suprema Corte de Justicia de la Nación. Controversia Constitucional 121/2012, sobre límites territoriales entre los Estado de Chiapas y Oaxaca.
Al igual que el gobernador Jaime Sabines, el siguiente gobernador candidato del Partido Verde, Manuel Velasco Coello (2012-2018), antes de proponer al Congreso la creación de nuevos municipios, se dedicó a adecuar la legislación, precisando los requerimientos y procedimientos con los que debían cumplir las comunidades solicitantes y las instancias del H. Congreso del Estado. Estos fueron plasmados en la Ley de Municipalización puesta en vigencia el 10 de mayo de 2017, justo a tiempo para que iniciaran en junio las deliberaciones del Congreso sobre dos solicitudes: Capitán Luis Ángel Vidal, comunidad en Siltepec ubicado sobre la vertiente interior de la Sierra Madre de Chiapas, y San Pedro Rincón Chamula, comunidad del municipio de Pueblo Nuevo Solistahuacán en la región zoque.
Resalta en la Ley de Municipalización el énfasis que se pone sobre la cuestión de los límites entre los municipios. Parte de la información a entregar por las comunidades al H. Congreso se refiere a una descripción de sus futuros límites y colindancias, con respecto a la cual no simplemente se piden las actas de conformidad del o de los municipios afectados, sino que el Art. 10° estipula expresamente que los ayuntamientos que se “vean afectados en su territorio por la creación del nuevo municipio deberán ser escuchados previamente por el Congreso del Estado.” El capítulo 4° “De los Límites Municipales” en su Art 18° introduce como novedad que “Los municipios del Estado podrán arreglar entre sí, por convenios amistosos, sus respectivos límites, sometiéndolos al Poder Legislativo del Estado para su aprobación.” Solo en caso de diferencias sobre límites, éstas serán resueltas por el Poder Legislativo (ya no por el Tribunal Superior de Justicia del Estado como había decretado el gobierno de Juan Sabines Guerrero en 2009), el cual también debe publicar los convenios aprobados y las resoluciones dictadas en el Periódico Oficial del Estado.
Precisados los requisitos y procedimientos reglamentarios al artículo 45, fracción XIX de la Constitución Política de Chiapas, los diputados iniciaron la revisión de los expedientes técnicos jurídicos, con la documentación respecto a la legalidad de la tenencia de la tierra, actas de cabildo y actas comunitarias, anexos estadísticos, planos diversos, carpetas agrarias, límites y colindancias, así como los mapas que precisan la circunscripción territorial de los nuevos Municipios, mismas que quedarán conformadas por comunidades con usos, costumbres y valores culturales afines entres sí, dando como resultado dos nuevos municipios debidamente ajustado a lo dispuesto en nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; La argumentación final plasmada en los considerandos fue copiada de las justificaciones utilizadas para la creación de los cuatro municipios en 2011. Nuevamente se trata de combatir los rezagos sociales, la incomunicación y de acercar los servicios públicos de justicia, educación y salud a importantes partes de la población chiapaneca. Nuevamente los dos municipios corresponden al grupo de comunidades que ya en 1998 habían realizado sus solicitudes para ser elevadas a la categoría de Municipio libre.
Los municipios nuevos (2011-2018)
En la misma fecha de la fallida creación de Belisario Domínguez fueron elevadas otras tres comunidades a categoría de nuevos municipios.
Mezcalapa (2011)
También en la zona occidental del Estado de Chiapas fue creado el nuevo municipio Mezcalapa, con cabecera en Raudales Malpaso, y habitado por población expulsada del antiguo municipio de Quechula (después municipio de Tecpatán) por la creación de la presa Nezahualcóyotl, y antiguos trabajadores de la presa provenientes de otras partes de la nación. Alejada de la cabecera Tecpatán, además de estar separada por la presa, la comunidad Raudales de Malpaso en 2003 fue enlazada por la nueva autopista que conecta la región de Tuxtla Gutiérrez con Tabasco y Veracruz, lo que dio el impulso de solicitar su elevación a municipio nuevo con el nombre “Mezcalapa” para poder aprovechar su riqueza “en recursos naturales, en producción agrícola, ganadera y pecuaria, sólido comercio interno y externo”. Así, la municipalización se consideró como un detonante para su desarrollo regional, social y económico. Su territorio se formó con segregaciones originalmente de los tres municipios de Tecpatán, Ostuacán y Ocozocuautla de Espinosa, contando en el momento de su formación con una población de aproximadamente 21 000 habitantes, repartidos en 71 comunidades sobre un territorio de 847 km2.
El Parral (2011)
El Parral cuenta entre las comunidades que ya en 1998 hicieron solicitud al entonces gobierno de Albores para ser elevadas a municipio libre, pero su caso fue desechado. En 2011 el gobierno de Juan Sabines retomó la solicitud, y mandó segregar partes de los territorios de Villa Corzo y Villaflores para el nuevo municipio, que en el momento de formación contaba con 15 587 habitantes, repartidos en 84 localidades en un territorio de 369 km2.
Emiliano Zapata (20 de Noviembre) 2011
El tercer municipio creado en la misma fecha que el anterior es Emiliano Zapata cuyo territorio se desprendió, según fuentes del INEGI, de los municipios de Acala, Chiapa de Corzo y Venustiano Carranza. En 2020 contó con 10 783 habitantes, repartidos en 93 localidades en un espacio de 218 km2.
Capitán Luis A. Vidal (2017)
Bautizada con el nombre del antiguo líder militar en la zona de Mariscal, Luis A. Vidal, hermano del gobernador Carlos A. Vidal (1925-27), la ranchería retomó su activismo político en los años noventa del siglo XX, vinculándose con el zapatismo, formando parte de la “Otra Campaña”, al igual que de la resistencia civil contra la Comisión Federal de Electricidad (CFE), al integrarse a la organización “Luz y Fuerza del Pueblo”. Según Burguete
Desde el 2010 hasta el 2013 los habitantes del ejido se declararon en rebeldía, clausuraron cantinas y realizaron otras acciones como gobierno autónomo. En este marco denunciaron y rechazaron la minería y se solidarizaron en contra de la extracción que se realizaba en municipios vecinos como Chicomucelo al expulsar a la empresa [minera] Black fire.
En la solicitud de elevación a nuevo municipio, la zona se describe de la siguiente manera:
Se encuentra ubicado en la vertiente interior de la Sierra Madre de Chiapas, por tal motivo, el relieve es accidentado, caracterizado por altas montañas y profundos valles que abarcan altitudes desde los 900 msnm hasta los 2300 msnm en las cumbres más altas, la vegetación corresponde casi en su totalidad a bosque mesófilo de montaña y bosque de pino. Cabe destacar que prácticamente todo el territorio del municipio se encuentra dentro de la Reserva de la Biosfera de El Triunfo y el Área Natural Protegida Pico de Loro-Paxtal, esto aunado a que el cultivo predominante en la zona es el café, han ayudado a conservar en relativamente buen estado las condiciones naturales del área.
Rincón Chamula San Pedro (2017)
Ranchería ubicada en las Montañas del Norte y constituida por migrantes Chamulas que probablemente llegaron a finales del siglo XIX y se asentaron en tierras zoques de Pueblo Nuevo Solístahuacán. Hasta hoy han conservado su lengua y tradiciones. En 1921 contaba con 365 habitantes, y en 1935 incluso se transformó brevemente en cabecera del municipio, regresando después de seis meses su sede nuevamente a Pueblo Nuevo. En 2017, las ocho rancherías que debían conformar el nuevo pueblo de Rincón Chamula San Pedro contaban entre 7 y 8 mil habitantes distribuidos en escasos 78 km2. El municipio produce maíz, frijol, papa, cebolla, hortalizas y frutales en cantidades importantes que comercializa en los municipios de la región, de igual forma, en las zonas bajas produce ganado vacuno y porcino.
Honduras de la Sierra (2018)
Según decreto de constitución, la ranchería Honduras, del municipio de Siltepec, se formó como municipio en 1905 “por los ciudadanos: Aron Matul Gálvez, Artemio Méndez Osorio, Braulio Gutiérrez Méndez, Calixto Méndez, Bernarda Méndez, Juan Gutiérrez, y el profesor Agatón Roblero Roblero en ese entonces maestro comunitario.” En 1910 ya aparece en el censo oficial con 263 habitantes que aumentan hasta 1930 a 364 pobladores. Según el mismo decreto “todo el occidente del municipio de Siltepec, presenta un cierto rezago y falta de atención por parte de su ayuntamiento, [por lo que] se hace necesaria la creación de un nuevo municipio que acerque los servicios y la atención a los habitantes de esta zona. Después de ser declarado el ejido colindante de Luis A. Vidal nuevo municipio, al año (02/05/2018) igualmente Honduras es elevado a municipio libre tomando el nombre de Honduras de la Sierra. Por una impugnación por parte del municipio de Siltepec, rechazada por la Corte Suprema de Justicia de México, se confirma el 11/09/2019 la formación del nuevo municipio. Su territorio está limitado al norte con Chicomuselo, al sur con el Municipio de Escuintla, al este con el Municipio de Siltepec, al oeste con los Municipios de Capitán Luis Ángel Vidal y Ángel Albino Corzo. Según los informes cuenta con 68 (63) localidades repartidas entre los ejidos El Letrero, Nueva Argentina, Pablo Galeana, Las Delicias, Santa Isabel Zuan, Cerro Perote, Loma Bonita Ángel Díaz y el de Honduras de la Sierra con un total de 10 962 habitantes (2020), siendo su única vía de comunicación la carretera que conecta con Siltepec y Ángel Albino Corzo. La principal actividad económica consiste en la producción de café, además de maíz, frijoles, plátanos, naranjas, aguacates, cacahuate, chayote y calabaza, así como la cría de ganado vacuno y ovino.
Actualmente, a mediados de 2022, hay varias autoridades ejidales en Honduras de la Sierra que impugnan la pertenencia a este municipio pretendiendo regresar al municipio de San Isidro Siltepec.
Conclusión
Si tomamos en serio el combate a los rezagos sociales-materiales y la consecución de la paz social como propósitos sobresalientes de los gobiernos en la formación de nuevos municipios, debemos hacer constar que los propios datos del gobierno (INEGI) y los hechos públicos y notorios de brotes violentos sobre límites incluso con municipios de nueva creación, comprueban la ineficiencia de esta medida. Los siguientes datos oficiales permiten ver que los cambios logrados -si hubo alguno- en el combate a los rezagos (manifiestos en los índices de marginación) son mínimos.
Los nuevos municipios, 1999-2020